Carolina Remo es brillante, decidida y capaz de mantener la cabeza fría hasta en las situaciones más complicadas. Ha llegado al hospital Altamar para demostrar lo que vale como profesional, no para hacer amigos… y mucho menos perder el tiempo con líos amorosos ni médicos mujeriegos.

Gabriel Santana es jefe de servicio de Neurocirugía: brillante, discreto y tan profesional como carismático. Inspira respeto sin esfuerzo y sabe mantener las emociones bajo control…, al menos hasta que Carolina entra en su equipo.

¿El problema? Que ambos arrastran cicatrices que no se ven en las radiografías. Y que la mayor operación de sus vidas no la van a tener que librar en el quirófano.

A veces, el único tratamiento posible para un corazón testarudo es rendirse al amor.